La forma de ampolla de vela o flama se presta muy bien a la fantasía en el diseño y desde hace muchos años son ampliamente conocidas las lámparas de éste tipo con acabado en forma rizada, ya sea en vidrio claro, esmerilado u opalino. En general, éstas bombillas siempre han gozado de un favor especial cuando se trata de aplicaciones vistas, principalmente en arañas, candelabros y apliques de pared sin tulipa ni pantalla, ya que su estilo clásico siempre estará a tono con dichos aparatos, especialmente cuando, como se ha mencionado, las bombillas deben quedar a la vista.

     La que aquí se presenta es un ejemplar fabricado en España por la empresa Pope allá por los años 60, aunque existen muchos elementos para pensar que en realidad la citada marca no era quien construía realmente sus lámparas, sino que se limitaba a comercializar bajo licencia y aplicando su propio nombre, los productos de otros fabricantes. Una conclusión a la que se llega después de ver estampados sobre la ampolla y/o casquillo de las lámparas de dicha marca, las mismas referencias numéricas que aparecían en las lámparas fabricadas por Philips Ibérica. Algo que lleva a pensar que Philips sin duda, fabricaba las lámparas para Pope, vista además la gran similitud de construcción entre ambas marcas. Si alguien tiene datos al respecto, me gustaría conocerlos.

Detalle del filamento en zig-zag.

   Lo primero que llama la atención de ésta bombilla es su impecable acabado y lo cerrado de las vueltas o espiras del grabado de su ampolla. En efecto, las lámparas actuales de éste tipo suelen tener  un  paso de espiras  mayor,  esto es,  van más  "rectas"  hacia la punta, presentando además 

un relieve notablemente  menos  marcado. Ello es debido a que cuanto más profundos y cerrados sean los surcos de la superficie, tanto más complicadas son las operaciones de moldeado y sobre todo de desmoldeado de la ampolla; no en vano, ésta bombilla está creada a partir de un molde de tres piezas, en lugar de dos como es habitual hoy día.

     Otra peculiaridad de ésta lámpara es su filamento de espiral sencilla en zig-zag (de los que a mí tanto me gustan a pesar de su menor eficacia) que sigue el estilo tradicional de hace años en todas las lámparas de baja potencia, hoy relegado a algunas estándar de 15 watios y a unas pocas velas claras de la misma potencia. Desafortunadamente, no he encontrado en la actualidad ningún modelo de vela rizada o esmerilada por debajo de 25 watios con vacío interior y que además lleve filamento en zig-zag, salvo las lámparas de "luz de noche" de ocho watios, que ya veremos aquí.

     Desde luego, éstas lámparas emiten una luz notablemente menos blanca que sus equivalentes actuales, que trabajan con filamentos de doble espiral y atmósfera gaseosa, especialmente aquellas de uso corriente hoy día, cuya gama de potencias llega hasta los 40 y 60w.

     Pero hace años, cuando se trataba de equipar lámparas que contaban con muchos portalámparas, en lo primero que se pensaba era en la economía de fluído eléctrico;  por ello y debido al excesivo gasto que ocasionaría, era impensable colocar,  pongamos por caso,

Encendida a 125-127v.

 diez o quince bombillas de cuarenta watios en una araña. ¡Ah! y por si fuera poco, es de 125 voltios, lo que le añade un puntito más de toque nostálgico y de recuerdo de las antiguas distribuciones eléctricas en España, eso sí: siempre a 50 Hz.

     Gracias a mi tía Antonia, de Puertollano por regalarme ésta preciosa bombilla que además, parece que estaba sin estrenar. Quizá se quedó esperando para sustituir a alguna fundida, cuando llegó el cambio de tensión a 220-230 voltios y gracias a ello se conservó guardada en un cajón junto a otras claras que también me obsequió mi tía.

La Pope rizada junto a su estuchado original.