Hay que destacar un detalle curioso y hoy totalmente en desuso: en la inscripción marcada sobre la ampolla de la lámpara, aparece señalada la indicación "16cd" alusiva a dicho flujo luminoso, tal y como se hacía en la práctica totalidad de lámparas, desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX. Hoy día es relativamente normal encontrar la indicación del flujo luminoso expresada en Lúmenes, no en bujías o "candles" como se dice en inglés. Tal vez, los fabricantes hayan querido añadir éste pequeño toque de nostalgia a su producto para darle un poco más de vetustez y sabor clásico, indicando también el flujo en  lúmenes sobre la tapa de la caja.

Vista superior del filamento encendido a tensión nominal.

Detalle de la inscripción en la parte superior de la ampolla. 

     La construcción de ésta bombilla aúna los conceptos básicos del pasado con las características actuales de fabricación, ya que su ampolla es la estándar A60 o PS60, típica de las lámparas para servicio normal de alumbrado; está equipada con el  casquillo tradicional europeo E27 y su tensión de servicio es la de 220÷230 voltios, (la habitual en aplicaciones domésticas y de alumbrado en Europa). Por otra parte, su filamento está constituido por una dilatada espiral de cuatro vueltas o bucles de hilo de carbón sujeto a las extremidades de los electrodos o alambres de acometida de corriente, mediante unos pequeños pegotes solidificados de masilla conductora de carbón, tal y como se hacía tradicionalmente en éste género de bombillas.

     Debido al elevado voltaje de servicio, la longitud del filamento es considerablemente mayor que en lámparas más antiguas que se conformaban con márgenes de tensión comprendidos entre 110 y 130 voltios; por ello, y debido al peligro de roturas o deformaciones en el mismo, se han previsto tres alambres de anclaje que emergen de la parte superior del pie y que, a su vez, fijan mediante la consabida masilla, la parte de cada bucle más próxima al citado pie. De ésta forma se confiere una elevada robustez mecánica a todo el conjunto del filamento, habida cuenta de la gran tenacidad y resistencia a choques y vibraciones que de por sí presentan los filamentos de carbón.

     Ésta misma característica (la gran longitud del filamento) otorga a la "Carbolight" la mayor parte de su vistosidad y atractivo, ya que, según el ángulo con que se la mire, el filamento se verá de diferentes formas, siempre destacado por sus grandes espiras incandescentes. Lo único que quizá se le pueda echar en falta a ésta magnífica bombilla, es la punta de extracción en la parte superior de la ampolla. En efecto: la extracción del aire (no olvidemos que además, se trata de una lámpara de vacío) se realiza a través del tubito exaustor del interior del pie, según el habitual método moderno.

Casquillo Edison E27 de latón. 

Cuiriosa vista lateral del filamento.

     Otro gran detalle digno de alabanza, ha sido la idea de equipar éstas bombillas con casquillos de latón, lo que sin duda añade un toque más de distinción y clasicismo al producto. Hoy día, con el fin de abaratar costes, la mayor parte de casquillos Edison y de bayoneta  para lámparas de servicio general, tanto de incandescencia como de descarga, están fabricados a base  de plancha de hierro estañado o zincado electrolíticamente, e incluso de aluminio; presentando, por tanto, el típico color blanco brillante en lugar del tradicional dorado característico de los casquillos de latón.

     He aquí una verdadera "joyita" para los entusiastas de las bombillas raras y un tanto legendarias, a la que sólo tendríamos que pedirle una forma de ampolla algo menos "estándar" y la punta de extracción en su parte superior; no obstante, es una bella bombilla de filamento de carbón con todo el encanto de las tradicionales de la época anterior al uso de los filamentos metálicos, que emite una suave luz, incluso escasa, debido a su rendimiento de tan

 La  "Carbolight" junto a su vistosa caja de embalaje original. 

sólo ¡2 lúmenes/watio!, con un  un alto contenido en radiaciones de gran longitud de onda, y por tanto notablemente rojiza, lo que la hace muy atractiva para su uso decorativo en apliques y tulipas de pared, lámparas antiguas, aparatos de sobremesa y en todos aquellos lugares en que se desee crear un ambiente tradicional y clásico, especialmente utilizando los portalámparas de latón y porcelana de siempre.

     Por supuesto, también es una gran oportunidad para los coleccionistas, de conseguir ahora varios ejemplares de un modelo actual de bombilla que quizás, una vez que llegue a ser descatalogada, ya no vuelva a fabricarse y acabe convirtiéndose en un objeto raro y escaso.

     También existe otra lámpara de las mismas características, pero comercializada por PAULMANN, dentro de su serie "Rustika", de la que también tengo un ejemplar en mi colección, que pronto estará también aquí en éstas páginas.

     Y para terminar, aquí va un enlace para quienes deseen ver a la Carbolight en acción, en dos ejemplos reales de uso.